viernes, 17 de mayo de 2013

Farsantes: los otros hombres de ley

La locación elegida es un terreno baldío cerca de la Universidad de Lomas de Zamora, en el conurbano bonaerense. Son las 10 de la mañana. Cinco abogados vestidos de traje caminan con elegancia hacía la cámara. Frenan, posan, se ríen. Están grabando la apertura promocional para Farsantes, la tira de Pol-ka que se estrenará en junio por El Trece. Es la primera vez que graban todos juntos: Julio Chávez, Facundo Arana, Griselda Siciliani, Alfredo Casero y Benjamín Vicuña. Un elenco disímil, aunque, quizá por eso, posiblemente explosivo.
El único con anteojos de sol es Benjamín Vicuña, el resto entrecierra los ojos por la luz. Griselda Siciliani -con el pelo rojizo- camina con sensualidad, mientras Facundo Arana, por el contrario, intenta hacerlo con más naturalidad. Julio Chávez está en su salsa. Actuar de abogado turbio le sienta muy bien. Como él mismo define: “no todos los abogados son farsantes, pero los actores somos los peores farsantes de todos”, le confiesa a Clarín, mientras espera las indicaciones de Daniel Barone, el director de exteriores. Más adelante, cuando graben en estudio, los dirigirá Jorge Bechara.

Posicionado unos pasos más adelante, Chávez parece el padre de todos. “Julio es un guía -cuenta Arana-. Es el que suele interpretar el guión, y con dos o tres palabras darte su opinión, su visión de la escena. Hasta ahora, todavía no lo he visto equivocarse”.
“¿Hay un trago para tomar?”, bromea Alfredo Casero. “¿O un agua, al menos?”, dice apoyando sus dedos sobre un pequeño bigote que simula una seriedad que no parece poseer. Se despereza, levanta los brazos al cielo, y mirando para arriba grita: “Ahhh!!”. Luego, al instante, vuelve a ponerse en personaje.
Se prende la máquina de hacer viento, y hay que repetir la toma otra vez. Caminan serios, se paran, ríen, y le vuelven a arreglar el pelo a Siciliani. “¡Es un primer plano, Marcos, ponete las pilas!”, se ríe la actriz con estilista que la emprolija, mientras Barone la abraza cariñosamente.
Trabajar entre todos hombres está buenísimo -dice Siciliani-, como actriz, y para el personaje, es genial. Ser la única mujer a veces resulta desafiante, porque hay que marcar mayor presencia. Pasa en la vida, y pasa en el elenco”, explica Griselda.
“Dos tomas más y estamos”, ordena Barone, y se dirige al motorhome para ver cómo van saliendo las escenas. A la espera, Arana y Casero hablan relajados. El entusiasmo del principio del rodaje los une. “Por lo bien que nos llevamos, pareciera que estamos al final de la tira”, confirma Arana, “y recién es sólo el principio”.
El ex Padre Coraje sostiene una cámara de filmación y graba parte del backstage. Sus compañeros se le acercan y le hacen caras a la cámara. Ese material será subido a la web de eltrecetv.com. “El equipo, los libros, todo está tan bien hecho que uno, como actor, no puede estar más contento con laburar acá”, reconoce Arana.

Quienes también se muestran muy conformes con el gran desafío que les espera son Chávez y Vicuña, quienes protagonizarán -por primera vez en personajes centrales de una tira argentina- una relación homosexual. Ambos empezarán teniendo sus respectivas relaciones con mujeres pero, poco a poco, irán descubriendo una fuerte atracción uno por el otro. “Me gustaría encarar el personaje con respeto y cariño”, explica Vicuña. “Me parece muy interesante para la televisión actual que sea contado con verdad. Como una historia de amor como cualquier otra porque es como cualquier otra”, destaca el actor.

Chávez, por su lado, pasará de haber interpretado a un macho de barrio en El puntero a encarnar a un abogado prestigioso en pleno auto-descubrimiento. “Tanto como para tomar un café con leche como para hacer un homosexual, siempre es un desafío ponerse frente a la cámara”, reflexiona el actor, merecedor de un respeto notable por parte de sus colegas y ganador de incontables premios. “Queremos comunicar una relación entre dos personas que se enamoran, sin intentar descifrar qué significa una relación homosexual -explica Chávez-. “A esta altura de mi oficio, me parece sumamente atractivo tomar un nuevo riesgo y una nueva posibilidad de desarrollar otro punto de vista”.

Farsantes mostrará un lado desconocido de Julio Chávez, un costado que el público masivo jamás vio. Algo que a él mismo lo inquieta y lo entusiasma y, quizá, hace de este papel uno más significativo. “Va a haber gente que se va a mantener cerrada frente a eso, sin dudas”, dice Chávez. “Ojalá se arme crispación. Está muy bueno eso. La actuación, gracias a Dios, es un espacio que te permite hacerte preguntas y pensar”, concluye.
Al igual que en El puntero el partido de Tigre fue un gran protagonista de la historia; en Farsantes, las locaciones -que varían entre San Martín y Lomas de Zamora- serán un condimento fundamental para definir la trama. “Si los metía de traje en la zona cosmopolita, no lograba el mismo efecto que en el conurbano”, cuenta Barone. “Soy fanático de que los programas salgan a la calle, porque estás logrando una verdad y después, desde ahí, podés romperla”, explica el director.

“Las locaciones son una locura. Es algo que siempre se destacó de Pol-ka. Eligen lugares que le dan a la serie una mirada distintiva”, destaca Arana mientras observa, a pocas cuadras, al corazón de Lomas de Zamora. Luego de grabar la apertura, Vicuña, Chávez y Arana se dirigirán a la penitenciaria de Lomas de Zamora, a unas pocas cuadras del baldío. Allí filmarán algunas escenas de los primeros capítulos. Cada personaje crecerá para diferentes lugares que el otro, pero al verlos a todos juntos se explica por qué forman un grupo de cinco protagonistas. “Son distintas notas de una misma partitura”, define el director.
“Si todos los actores fuéramos iguales sería un plomo -opina Casero-. “Lo bueno que tiene esta tira es que todos tenemos diferentes biologías. Y, al mismo tiempo, compartimos una gran comunión con el director”. “La combinación de actores me intriga muy positivamente”, aporta, por su parte, Barone, “Ya veo la química y espero que sepamos potenciarla”, agrega.

Finalmente, llega la última toma. Se paran frente a la cámara y se miran entre ellos. Chávez suelta una carcajada, seguida por la risa de todos. Algo parece cerrar. “Listo, perfecto. ¡Estamos hechos!”, grita Barone. El equipo se relaja y Siciliani hace un bailecito de festejo. La relación es natural, aunque -como dice Arana- recién es la primer semana de grabación. “Quizá es muy pronto para decirlo, pero yo me voy muy contento de las grabaciones -concluye Barone-. Los miro y lo noto: algo definitivamente funciona muy bien.”