miércoles, 31 de agosto de 2011

Griselda Siciliani en la gala de UNICEF

Anoche se celebró en la mansion del Four Seasons, la cena benefica para UNICEF, que coincidió con el aniversario del lugar, LA MASION que cumplió 90 años, Carla Peterson, Adrian Suar y Griselda Siciliani fueron de la partida, esta última cantó para todos los presentes. Lo llamativo de la noche es que el chueco ingresó al recinto junto a Carla Peterson, como si fuera su mujer, y Griselda estuvo de aqui para allá con todo el mundo, salvo que durante la cena, Carla entabló conversacion con la madrina del evento, Natalia Oreiro y Griselda sentada junto a su pareja.



En el marco de la gala de UNICEF, celebrada en la Mansión del Four Seasons, se realizó el típico sorteo, y Griselda obtuvo el número 68, CHOCHA ya que suele ser su número de la suerte le dijo al Chueco HAY QUE JUGARLE !!
 
                   
                                                                                               Gracias @PabloBaroffio
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sábado, 27 de agosto de 2011

Los Unicos Teatro en Clarìn

 Los protagonistas de la tira de El Trece se preparan para subir al escenario del Opera una puesta en la que deben cumplir con una misión, como en la tele. Entretelones de un ensayo, y cómo viven los actores el contacto con su público. Es un ensayo poco convencional. El cansancio pesa y la necesidad de distenderse, prima. Grabaron once horas, desde las 7 de la mañana. Son casi las 7 de la tarde y acaban de llegar a la sala en la que preparan la obra que pronto estrenarán. Serán un par de horas en las que pasarán un poco de letra, probarán algunos cambios y se reirán bastante.
 
La misión que convoca a este grupo de famosos actores es llevar a un escenario un éxito de la TV. Miles de fanáticos los esperan y Los únicos (El Trece) irán a su encuentro. Este fenómeno de la televisión tendrá su versión teatral a partir del viernes, en el Opera. La producción está a cargo de Adrián Suar y Fernando Blanco. Así es que Los únicos llegan a la avenida Corrientes, para que los seguidores de la comedia de Pol-ka puedan ver en vivo y en directo a su brigada favorita. Nicolás Cabré, Griselda Siciliani, Nicolás Vázquez, Favio Posca, Arnaldo André, Eugenia Tobal y Pepe Monje estarán sobre las tablas. Mariano Martínez -también protagonista del programa- no será de la partida, por razones personales. “Tiene una nena chiquita y quiere disfrutar de su tiempo”, justifica el director de la puesta, Marcos Carnevale. Completan el elenco Jimena Barón, Marcelo Mazzarello, Eugenia Suárez y Julieta Zylberberg.


Claro que el ritmo de estos últimos días es agitado, pero la proximidad del debut exige esta reunión diaria. Y aquí están, bastante puntuales todos, permitiéndose un minirecreo antes de empezar a ensayar. Hasta que suena la voz del director. “Todos los actores a la guarida”, llama Carnevale. André (en el papel de Monterrey, quien comanda a los agentes secretos) se sienta y pone sus manos hacia atrás. Cabré (Axel) le tira una piña a Posca (el villano Ronco) y Tobal (Rosario) le apunta al malvado con un arma. Hacen la escena, la modifican, proponen ideas, repiten, exploran pasos de baile, prueban tomas de lucha. Es un ensayo muy conversado y todos opinan sobre cómo resolver cada situación. Carnevale escucha, aprueba algunas sugerencias, de-secha otras. Mientras transcurre una escena, Vázquez (Rubén) se suma al torbellino de ideas. Siciliani (María) insiste con su número de baile. Y no falta Posca generando un chiste cada vez que puede hacerlo. El buen clima entre ellos y los vínculos cercanos facilitan las cosas: entre los protagonistas está la mujer de uno de los productores (Siciliani, pareja de Suar), y dos de los actores han contraído matrimonio en la vida real (Tobal-Cabré).

La divertida brigada que noche a noche concita la atención de televidentes que van desde niños pequeños hasta ancianos -los mismos actores declaran ser sorprendidos en la calle por gente de diversas edades, que promete ir al verlos al teatro-, tendrá un nuevo e importante objetivo en pos del salvar al mundo. El comando tendrá que enfrentarse, una vez más, al temible villano Ronco. La trama se dispara cuando Monterrey decide enviar a Los únicos a la ciudad de Frankfurt en los años setenta. Paralelamente, María aprovecha este viaje para descubrir la identidad de su verdadero padre. En medio de este importante operativo, Monterrey es secuestrado por Ronco, quien le propone a los agentes entregar al prisionero a cambio de la máquina del tiempo. La brigada elabora un plan para rescatar a su líder. Para contar esta historia, combinarán acción y humor. El “único” ausente será Diego Rouvier -a quien en la tele interpreta Mariano Martínez-, pero estará, de manera virtual.

“El público va a venir a encontrarse con los personajes con los cuales se ríe, a pasar un momento grato”, dice Cabré. “La obra tiene el mismo formato del programa. Exactamente lo que sucede en la tele, llevado al teatro. Lo único que busco es divertirme y que la gente la pase bien”, confiesa el joven actor. “Falta Marian (Martínez). Tomó la decisión de no estar y es válida. El tiene una hija y planteó que no podía sumarse. Está perfecto”, dice Nicolás.

“El ritmo de grabar y ensayar es agobiante. No me queda resto ni para respirar... Pero al mismo tiempo, siento una felicidad enorme, porque todo esto ocurre porque Los únicos es una explosión que nos sorprende a nosotros mismos. Y disfrutamos de esto que nos pasa”, expresa Siciliani, mientras su celular no para de sonar, cuenta que acaba de probar vestuario y anticipa que al volver a su casa todavía le queda estudiar el libro de mañana para la tele. Pero no se le desdibuja la sonrisa, ni se le corre el maquillaje. “Siento que vivimos una especie de Gran Hermano con el elenco, porque estamos juntos todo el día, todos los días”, confiesa.
Los únicos en el teatro propone una tram a con principio y fin, hay una misión por cumplir y se lleva a cabo un operativo. Aunque nadie está privado de verla, “la obra es claramente para la gente que mira el programa”, dice Griselda. Adelanta que hay un número musical, que es parte de una misión, con coreografía incluida, y que Nico Vázquez canta un tema original para el espectáculo.


Para Posca, llevar un programa de TV al teatro es una novedad. “Lo asumo desde un lugar muy profesional. El hecho de que se lleve al teatro un producto de tele no implica que tenga que ser un producto plástico; puede ser muy bueno igual, no lo subestimo”, dice Favio. “Creo que el público que va a venir va a ser pre-adolescente, que son los que más consumen el programa. Pero también es para toda la familia”, agrega. Volviendo a Ronco, en el teatro será el mismo de la TV, “con los mismos poderes, electrocuta a todos... Un poquito voy a hacer participar al público”, adelanta.

“La gente hizo que Los únicos fuera al teatro -asegura Nico Vázquez-. Los que vengan al teatro van a ver a Los únicos con ese humor blanco que los caracteriza. Que se queden tranquilos, puede venir toda la familia. No van a ver nada subido de tono, lo van a pasar bien. Y es un buen pretexto para que los chicos puedan ir al teatro con sus papás.” También para André es la primera vez en hacer un personaje de la pantalla chica sobre un escenario. “Nos enfrentaremos con la gente que nos sigue todas las noches. Cuando veía a otros actores que grababan y después hacían teatro, pensaba ‘qué voluntad que tienen de seguir haciendo los mismos personajes después de tantas horas de grabación’...”, cuenta. Y ahora el que tiene la voluntad es él. “No pretendemos hacer una obra de teatro, sino un show, que se parece bastante a un capítulo de TV, pero en vivo”, define Arnaldo.

Otra que vive esta experiencia por primera vez es Eugenia Tobal. “Me imagino que va a haber mucho griterío de la platea. Sobre todo porque el programa atrapó a los chicos. Hay nenes desde 4 años que están fascinados con los personajes y sus poderes -dice Eugenia-. Los que siguen el programa, podrán disfrutarlo de cerca. A pesar del cansancio, en los ensayos nos divertimos”. “Se resuelve la misión, vencemos al mal y todos felices. Creo que a la gente le va a gustar”, dice Monje. Y el ensayo continúa. Los buenos, cada uno con su poder especial, y el villano, con su maldad a flor de piel, dan forma a las escenas. “No podía esperar a saber quién es mi papá”, dice en un momento María y le confiesa a Monterrey que usó la máquina del tiempo para algo personal. Porque en la puesta “se devela la relación entre Monterrey y María, algo que aún no fue revelado en el programa”, anticipa Carnevale.

“Han hecho un trabajo realmente increíble. Con razón que son Los Unicos”, les dice Monterrey y Los Unicos celebran. Como esperan poder celebrar cada función junto a los fans de la tira.

Clarín 
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Un día con los súper héroes televisivos

PERFIL compartió un ensayo de la versión teatral  que debuta en el Opera Citi el 2 de septiembre. Cabré y Siciliani saben bien su letra, Tobal cuida a su marido, Vázquez dice que está todo bien con la Vernacci y Posca se queja del tráfico en la Panamericana.   

 

Hoy vienen Los Unicos?”, pregunta Lucas, alumno de quinto grado del Colegio San Gregorio, de Palermo. “Sí”, responde el hombre de seguridad del lugar. A lo que el niño contesta: “¿Me estás jodiendo?”, la muletilla del personaje Axel Etcheverry de la exitosa ficción de El Trece. Lucas sale corriendo para contarles a sus seis compañeritos, quienes esperan con papel y birome en la mano. No se quieren perder el autógrafo de su súper héroe preferido por más que la temperatura roce los 10 grados. Se ponen como si fuera una barrera en un tiro libre a la espera de que lleguen Etcheverry (Nicolás Cabré), María (Griselda Siciliani), Rubén (Nicolás Vázquez), Rosario (María Eugenia Tobal), Monterrey (Arnaldo André), Hugo (Pepe Monje), Poly (Jimena Barón), Sofia (María Eugenia Suárez), Helena (Julieta Zylberberg), Fortuna (Marcelo Mazzarello) y el villano Ronco (Favio Posca). Y es que desde hace un mes saben que los actores ensayan allí, de lunes a jueves, en una sala del Centro Cultural Armenio, la adaptación de la ficción que será llevada al Teatro Opera Citi el próximo 2 de septiembre, producida por Adrián Suar y Fernando Blanco, y escrita y dirigida por Marcos Carnevale.
Las dos personas que preparan todo para el ensayo diario, son el productor ejecutivo Marcelo Ricci y el asistente de dirección Guillermo Antonini. “Bastante buena onda le ponen los actores, vienen cansados, hinchados las bolas de grabar desde las 8 de la mañana”, dice el productor mientras el asistente de dirección cuenta que no pueden usar el escenario del Centro porque es demasiado chico en compararación con el Citi, por lo que deben hacerlo sobre el piso de la sala. “Por última vez, mañana (por ayer) empezamos los ensayos en el teatro, donde se ve realmente cómo queda todo en las cuatro escenografías que tenemos: la central de computos con el escondite de Los Unicos y el casino, dentro y fuera del bar, y la última en el sótano”. A diferencia de lo que se ve en pantalla, los protagonistas no tendrán escenas de riesgo: “No hay dobles, ni disparos, ni balas de fogueo”, agrega Antonini.
El primero en llegar es Nico Vázquez acompañado por el apuntador Cristian Grassi y un café con leche. “No comí nada desde que paramos al mediodía”, cuenta mientras que comienza el desfile continuo de los actores: aparece Griselda Siciliani  con un tapado blanco y detrás Favio Posca, quien le comenta que casi choca con su auto: “No sabés lo que era la ‘Pana’. Casi cag...”. Tercera, Barón, la que más cara de cansada tiene (entendible, está en “Bailando por un sueño”), detrás suyo caen André y Eugenia Tobal, sin la compañía de Cabré, completan Zylberberg, Monje, Suárez, Mazzarello. Pasadas las 19, sólo faltaba el presente de Cabré, quien unos minutos después aparece silencioso, serio, mientras sus compañeros practican los guiones. Se sirve un vaso de gaseosa cola natural, y su flamante esposa, Tobal, trota cruzando la sala y le da un beso que termina en un fuerte abrazo. “No hemos estado juntos en las escenas, pero por suerte compartimos el trabajo, si no no nos veríamos nunca. Disfruto de estar con ella, vivir este momento lindo juntos”, comentó el galán más tarde a PERFIL.
A una semana del estreno, algunos se olvidan la letra y le consultan a Grassi, pero con experiencia suelen modificarlo sin que pierda el sentido la oración. Siciliani y Cabré son los que más dominan el guión. Siciliani es graciosa, tanto que hace reír a Posca que la mira bailar en la escena en que se deben disfrazar de bailarines de salsa. La obra durará 75 minutos para lograr mantener la atención del público infantil y sólo harán 33 funciones por lo que una posible temporada en Mar del Plata como sucedió con Valientes parece una utopía: “No creo, todos tenemos otros compromisos y realmente quiero descansar”, dice Griselda.
En la siguiente escena de Cabré y Suárez, Tobal, sentada al lado de André, mira atenta y pide silencio a sus colegas que están hablando en voz baja para que no desconcentren a su marido. Lo logró, fue el momento más silencioso del ensayo. Sólo una vez el protagonista dudó del libreto: “Era: ¿me estás engañando con el Negro, no?”. A lo que el apuntador asiente con la cabeza. “Tengo facilidad para aprenderme la letra, tengo mucha memoria y con el personaje invento bastante.” Vázquez es el más sociable, charla con todos y no se distrae en ningún momento: “Que no esté Mariano (Martínez) no creo que haya potenciado mi personaje. Hubiera sido lo mismo, quería que esté, pero me dijo que prefiere estar con su mujer y su hija. Cada uno ocupa su lugar”.
La ficción tuvo una inserción importante en el mundo de los niños, quienes dicen las frases de los personajes en los colegios, en sus casas, en los clubes. Vázquez se refiere a este fenómeno: “De mi personaje dicen: ‘Permiso para pasar, señor’, con tono militar. Y hace dos meses empecé a decir ‘basura’, sin el sentido violento, sino como muletilla. Hay tipos de 40 años que me lo dicen en la calle”. Sobre las continuas críticas de Elizabeth Vernacci en su programa Tarde Negra, Vázquez se lo toma con humor: “Es el estilo de la Negra. Ayer la llamé por teléfono porque hizo un chiste y quedé como que había mandado una carta documento. Está todo bien”. Por su parte, Cabré agrega: “En Son amores decían como el ‘mucchio’. Está bueno por la llegada del personaje, pero a veces es demasiado... Cuando voy a comer me dicen ‘¿me estás jodiendo?’ y después de 14 horas de hacer lo mismo digo: ‘¡Uy, por Dios!’. Axel es divertido pero a la vez molesto, por eso es lógico que las maestras se quejen” (sonríe).
El único momento que se frenó la escena por pedido de un actor fue cuando Cabré pidió el cese de fotos para el backstage porque lo desconcentraba: “Pará que es un ensayo –le dijo al fotógrafo–. Es demasiado”. “¿Cómo es la convivencia? Es una gran familia con todo lo que eso implica, obviamente que no siempre estamos de buen humor, es lo normal de cualquier convivencia numerosa. Hay que tratar de que fluya de la mejor manera. Nos llevamos bien. Dentro de siete horas nos volvemos a ver”, confiesa el ex Son amores. Ya sobre las 21, los intérpretes empiezan a emigrar a sus casas. Posca sale corriendo para hacer su función en el teatro, Cabré y Tobal se quedan charlando con el asistente de dirección, y Siciliani llama por teléfono para encontrarse con una persona (¿Suar?) por la zona de Palermo, y saluda: “Me voy. Estos días son durísimos. Queremos estrenar cuanto antes. Me levanto a las 5.30, sólo logro dormir unas horitas”.

La historia en teatro. Los actores dicen que fue dinámico adaptar la ficción al teatro. “Es que no tuvimos que crear nuevos personajes, hacemos lo mismo que en la TV”, confiesan, aunque claro que la trama cambió. En la versión teatral, con funciones viernes a las 20, sábados a las 19 y 21.30, y domingos a las 18, Los Unicos son convocados por Monterrey para  resolver un caso en Alemania en 1974, donde Japón y Estados Unidos crean un conservante para carnes que con el tiempo trae problemas a la salud de los ciudadanos del mundo. Para ello, cuentan con la máquina del tiempo manejada por un dispositivo creado con un joystick de PlayStation.  Mientras se preparan para la expedición, María (Siciliani) prueba viajar a la ciudad de Chacabuco cuando tenía un año para saber quién es su verdadero padre y descubre que es Monterrey. En su regreso, lo busca desesperada pero Ronco (Posca) hackea los servicios de inteligencia de Los Unicos y les comunica que tiene secuestrado a su padre. Su objetivo es entregarlo con vida a cambio de la machine time. Etcheverry, María, Rosario y Rubén se disfrazan de un grupo de salsa para llegar hasta el escondite del villano y recuperar a su capitán con vida. ¿Final feliz? Sí, emotivo encuentro entre Monterrey y María. Padre e hija, por fin juntos.
Hoy vienen Los Unicos?”, pregunta Lucas, alumno de quinto grado del Colegio San Gregorio, de Palermo. “Sí”, responde el hombre de seguridad del lugar. A lo que el niño contesta: “¿Me estás jodiendo?”, la muletilla del personaje Axel Etcheverry de la exitosa ficción de El Trece. Lucas sale corriendo para contarles a sus seis compañeritos, quienes esperan con papel y birome en la mano. No se quieren perder el autógrafo de su súper héroe preferido por más que la temperatura roce los 10 grados. Se ponen como si fuera una barrera en un tiro libre a la espera de que lleguen Etcheverry (Nicolás Cabré), María (Griselda Siciliani), Rubén (Nicolás Vázquez), Rosario (María Eugenia Tobal), Monterrey (Arnaldo André), Hugo (Pepe Monje), Poly (Jimena Barón), Sofia (María Eugenia Suárez), Helena (Julieta Zylberberg), Fortuna (Marcelo Mazzarello) y el villano Ronco (Favio Posca). Y es que desde hace un mes saben que los actores ensayan allí, de lunes a jueves, en una sala del Centro Cultural Armenio, la adaptación de la ficción que será llevada al Teatro Opera Citi el próximo 2 de septiembre, producida por Adrián Suar y Fernando Blanco, y escrita y dirigida por Marcos Carnevale.
Las dos personas que preparan todo para el ensayo diario, son el productor ejecutivo Marcelo Ricci y el asistente de dirección Guillermo Antonini. “Bastante buena onda le ponen los actores, vienen cansados, hinchados las bolas de grabar desde las 8 de la mañana”, dice el productor mientras el asistente de dirección cuenta que no pueden usar el escenario del Centro porque es demasiado chico en compararación con el Citi, por lo que deben hacerlo sobre el piso de la sala. “Por última vez, mañana (por ayer) empezamos los ensayos en el teatro, donde se ve realmente cómo queda todo en las cuatro escenografías que tenemos: la central de computos con el escondite de Los Unicos y el casino, dentro y fuera del bar, y la última en el sótano”. A diferencia de lo que se ve en pantalla, los protagonistas no tendrán escenas de riesgo: “No hay dobles, ni disparos, ni balas de fogueo”, agrega Antonini.
El primero en llegar es Nico Vázquez acompañado por el apuntador Cristian Grassi y un café con leche. “No comí nada desde que paramos al mediodía”, cuenta mientras que comienza el desfile continuo de los actores: aparece Griselda Siciliani  con un tapado blanco y detrás Favio Posca, quien le comenta que casi choca con su auto: “No sabés lo que era la ‘Pana’. Casi cag...”. Tercera, Barón, la que más cara de cansada tiene (entendible, está en “Bailando por un sueño”), detrás suyo caen André y Eugenia Tobal, sin la compañía de Cabré, completan Zylberberg, Monje, Suárez, Mazzarello. Pasadas las 19, sólo faltaba el presente de Cabré, quien unos minutos después aparece silencioso, serio, mientras sus compañeros practican los guiones. Se sirve un vaso de gaseosa cola natural, y su flamante esposa, Tobal, trota cruzando la sala y le da un beso que termina en un fuerte abrazo. “No hemos estado juntos en las escenas, pero por suerte compartimos el trabajo, si no no nos veríamos nunca. Disfruto de estar con ella, vivir este momento lindo juntos”, comentó el galán más tarde a PERFIL.
A una semana del estreno, algunos se olvidan la letra y le consultan a Grassi, pero con experiencia suelen modificarlo sin que pierda el sentido la oración. Siciliani y Cabré son los que más dominan el guión. Siciliani es graciosa, tanto que hace reír a Posca que la mira bailar en la escena en que se deben disfrazar de bailarines de salsa. La obra durará 75 minutos para lograr mantener la atención del público infantil y sólo harán 33 funciones por lo que una posible temporada en Mar del Plata como sucedió con Valientes parece una utopía: “No creo, todos tenemos otros compromisos y realmente quiero descansar”, dice Griselda.
En la siguiente escena de Cabré y Suárez, Tobal, sentada al lado de André, mira atenta y pide silencio a sus colegas que están hablando en voz baja para que no desconcentren a su marido. Lo logró, fue el momento más silencioso del ensayo. Sólo una vez el protagonista dudó del libreto: “Era: ¿me estás engañando con el Negro, no?”. A lo que el apuntador asiente con la cabeza. “Tengo facilidad para aprenderme la letra, tengo mucha memoria y con el personaje invento bastante.” Vázquez es el más sociable, charla con todos y no se distrae en ningún momento: “Que no esté Mariano (Martínez) no creo que haya potenciado mi personaje. Hubiera sido lo mismo, quería que esté, pero me dijo que prefiere estar con su mujer y su hija. Cada uno ocupa su lugar”.
La ficción tuvo una inserción importante en el mundo de los niños, quienes dicen las frases de los personajes en los colegios, en sus casas, en los clubes. Vázquez se refiere a este fenómeno: “De mi personaje dicen: ‘Permiso para pasar, señor’, con tono militar. Y hace dos meses empecé a decir ‘basura’, sin el sentido violento, sino como muletilla. Hay tipos de 40 años que me lo dicen en la calle”. Sobre las continuas críticas de Elizabeth Vernacci en su programa Tarde Negra, Vázquez se lo toma con humor: “Es el estilo de la Negra. Ayer la llamé por teléfono porque hizo un chiste y quedé como que había mandado una carta documento. Está todo bien”. Por su parte, Cabré agrega: “En Son amores decían como el ‘mucchio’. Está bueno por la llegada del personaje, pero a veces es demasiado... Cuando voy a comer me dicen ‘¿me estás jodiendo?’ y después de 14 horas de hacer lo mismo digo: ‘¡Uy, por Dios!’. Axel es divertido pero a la vez molesto, por eso es lógico que las maestras se quejen” (sonríe).
El único momento que se frenó la escena por pedido de un actor fue cuando Cabré pidió el cese de fotos para el backstage porque lo desconcentraba: “Pará que es un ensayo –le dijo al fotógrafo–. Es demasiado”. “¿Cómo es la convivencia? Es una gran familia con todo lo que eso implica, obviamente que no siempre estamos de buen humor, es lo normal de cualquier convivencia numerosa. Hay que tratar de que fluya de la mejor manera. Nos llevamos bien. Dentro de siete horas nos volvemos a ver”, confiesa el ex Son amores. Ya sobre las 21, los intérpretes empiezan a emigrar a sus casas. Posca sale corriendo para hacer su función en el teatro, Cabré y Tobal se quedan charlando con el asistente de dirección, y Siciliani llama por teléfono para encontrarse con una persona (¿Suar?) por la zona de Palermo, y saluda: “Me voy. Estos días son durísimos. Queremos estrenar cuanto antes. Me levanto a las 5.30, sólo logro dormir unas horitas”.

La historia en teatro. Los actores dicen que fue dinámico adaptar la ficción al teatro. “Es que no tuvimos que crear nuevos personajes, hacemos lo mismo que en la TV”, confiesan, aunque claro que la trama cambió. En la versión teatral, con funciones viernes a las 20, sábados a las 19 y 21.30, y domingos a las 18, Los Unicos son convocados por Monterrey para  resolver un caso en Alemania en 1974, donde Japón y Estados Unidos crean un conservante para carnes que con el tiempo trae problemas a la salud de los ciudadanos del mundo. Para ello, cuentan con la máquina del tiempo manejada por un dispositivo creado con un joystick de PlayStation.  Mientras se preparan para la expedición, María (Siciliani) prueba viajar a la ciudad de Chacabuco cuando tenía un año para saber quién es su verdadero padre y descubre que es Monterrey. En su regreso, lo busca desesperada pero Ronco (Posca) hackea los servicios de inteligencia de Los Unicos y les comunica que tiene secuestrado a su padre. Su objetivo es entregarlo con vida a cambio de la machine time. Etcheverry, María, Rosario y Rubén se disfrazan de un grupo de salsa para llegar hasta el escondite del villano y recuperar a su capitán con vida. ¿Final feliz? Sí, emotivo encuentro entre Monterrey y María. Padre e hija, por fin juntos.

sábado, 13 de agosto de 2011

Griselda en el stand Chevrolet

Griselda, entre otros, paso por el stand de Chevrolet en el V Salon Internacional del Automovil de Buenos Aires, mira el video!! 



Aca las fotos

martes, 9 de agosto de 2011

Entrevista por MShow a Los Unicos


Griselda ensayando con Franco de Vita

El músico venezolano Franco de Vita grabará su participación especial el lunes. Al parecer, formará parte de un sueño de María (Griselda Siciliani), donde la chica de fuerza brutal fantasea con que De Vita le cante una canción de amor a ella y a Diego (Mariano Martínez).


Gracias Alfonzo Javier

sábado, 6 de agosto de 2011

La Guerra de los roses superò los 40.000 espectadores

 

El jueves por la noche Adrián y Carla cenaron para festejar que superaron los 40.000 espectadores en tan sólo 58 funciones. Junto a la pareja de acores estuvieron Marcos Carnevale el director, el coproductor Lino Patalano y la directora de producción Mariana Correa. Tambien estuvieron presentes los actores Alejandro Paker y Fabián Arenillas.
Sin tener en los números del suceso, la obra desde el principio recibió los elogios de la crítica especializada. Y ante tanta era lógico que Griselda Siciliani compartiera la mesa Peterson, su íntima amiga y Suar, su pareja.