
No es un habitué de toda la vida, pero poco a poco le va agarrando el gustito a Punta del Este. Una ciudad a la que antes miraba de reojo con esporádicas y breves visitas, pero de la que ahora, definitivamente, se enamora cada día más. Tanto le hablaron de Punta a Adrián Suar (43) que el actor y empresario, después de comprobarlo en persona, se decidió a construir su casa y no ser menos que muchas de sus amistades que frecuentan la costa uruguaya.
Así se hizo realidad un chalet de dos plantes, en piedra y madera, que Adrián levantó en la zona de El Chorro, un barrio de los no fashion que se sorprende con tener como vecino al exitoso cerebro de la tevé argentina.
La casa, que se inauguró el verano pasado, será de ahora en más el refugio de Suar y Griselda Siciliani (33), la mujer que lo gratificará con el nacimiento de un nuevo hijo.

Después de acomodarse y pasar el día indoor, ya que el clima no ayudaba, por la noche fueron a cenar temprano a La Huella. El sábado al mediodía, en una oportunidad el deseo era helado y como en la casa no quedaba, caminaron 2 kilómetros hasta manantiales a comprarlo. Ya con sol a pleno, la pareja salió a caminar en dirección a Manantiales.

Y cuando volvían caminando a la casa, alteraron la hoja de ruta para saludar a Federico Ribero (42), quien estaba en un local de joyas y ropa haciendo compras navideñas.
"Alguno de estos días vamos a ir a la playa", le prometió Adrián a los fotógrafos tratando de bajar la ansiedad mediática. Pero como los días estuvieron bastante frescos, el mar quedó como un deseo postergado.
La pileta de la casa es un lugar elegido por la pareja para tomar sol, allí no dejan de mimarse, se los ve muy felices a los futuros papás….
Tomados de la mano, si volvieron a ir a La Huella, almuerzo en el que se encontraron con Claudia
Fontán (45) junto a su pareja. Griselda y Claudia son muy amigas y compartieron pantalla durante todo el año en "Los Unicos". Claudia le dijo a la pareja que Siciliani estaba más reluciente que nunca debido a su embarazo y enseguida ella posó su mano sobre su vientre en ese acto instintivo de toda mujer que lleva un hijo en su seno. Tras una breve pero alegre charla, los futuros padres siguieron su camino y pasaron por el restó Narbona para hacer una compra puntual.


Todos gustitos que se dan disfrutando de la temporada a su manera. Sin lujos ni excesos, inseparables y soñando de a dos como será el futuro con Margarita, la beba que nacerá en mayo para cerrar el círculo de la felicidad.