Me pesa más el amor que le tengo a Adrián que mi ego
La actriz revela sus sentimientos frente a su maternidad, habla de
su carrera, de la fama y dice que no le molesta que digan “la mujer de
Suar”.
Griselda Siciliani está sorprendida con esto de estar embazada. No tanto
con la idea de tener una nena, con su novio, Adrián Suar (¿hay que
decir quién es?), sino por el puntual hecho de una persona creciendo en
su interior: “Es una persona que vive de vos adentro de tu cuerpo, decí
que tiene cierta poética y amor, pero biológicamente es rarísimo”. Su
debut en el cine como una ex pareja de un imitador de Elvis fue el film
que llevó a Sundance (“Ni siquiera soñaba con hacer una película.
Viniendo del teatro, ya de por sí la tele fue raro para mí. Menos me iba
a imaginar Sundance con mi primera película.”) Película que se estrena
el 26 de abril, dirigida por Armando Bo (el nieto de la leyenda del
cine), donde la actriz aceptó trabajar sabiendo que no era protagonista.
“No me importaba”, dice ella. Por estos días, madre e hija (Margarita)
ya tuvieron su primer instante público: Siciliani mostró la panzota en
el video de la banda La Franela.
—El protagonista de la película es un imitador de Elvis que ha moldeado su vida en torno del Rey. ¿Quién sería tu Elvis?
—Mmmm. Sabés que antes pensaba sobre eso, sobre si quería ser como
alguien… pero no recuerdo mucho. Recuerdo que cuando era niña, cuando
era básicamente una bailarina, mi ídolo era Baryshnikov, así que tenía
mis ídolos de la danza, pero no quería ser ellos. Tenía el póster, el
video, la fascinación. O mismo Julio Bocca. Pero no recuerdo disfrazarme
de otra persona. Ahora de adulto, no…
—Marcaste mucho la palabra “adulto”…
—¿Sí, no? Pero cuando te va bien es muy satisfactorio, el sentir que
vas haciendo tu propia personalidad artística en lo profesional. Pero
sí, ahora que estoy embarazada definitivamente soy un adulto. No me da
miedo. Me llama la atención que uno se siente más joven de lo que es,
siempre. Ves a uno de 28 y pensás es igual que yo. Y no. Mi mamá a los
30 tenía cinco hijos, ya. ¡Cinco veces había parido! ¡Así! ¡Siendo
docentes! Y yo pienso: “Uh, voy a tener un hijo, ¿estaré preparada?” ¡Ya
soy una vieja prácticamente! Es otro mundo.
—¿Estás preparada? ¿Te gustaría ser el Elvis de tu hija?
—Yo creo que sí, que voy a estar preparada. A medida que pasa el
embarazo, voy perdiendo los miedos y digo, bueno, yo seré como pueda.
Como que estar preparado es estar atentos pienso, poder amar a ese hijo
como uno pueda. Después lo que a uno le gustaría ser como padre o no,
equivocarse o no…eso antes estaba en un primer plano, llevado a la
realidad es otra cosa lo que te preocupa.
—¿Y te da miedo que sea la “la hija de…”, que las revistas quieran fotos
de ella saliendo del colegio? Son algo así como los Brangelina locales.
—Bueno, no tanto. Primero tendríamos que adoptar a unos ocho o nueve
más. No me da miedo porque yo vivo con mucho relajo mi pareja. Tendría
que estar atenta a que ella tenga muchas visiones de cómo es el mundo y
no sólo ésta, la de ser “la hija de…”. Pero al mismo tiempo, ésa va a
ser su realidad, siempre y cuando no lo viva infelizmente. Otros chicos
sabrán lo que es ser hijo de padres docentes porque es lo que les tocó. A
lo que tengo que estar atenta es a la sanidad psicológica.
—Alguien le dijo a Jagger: “Vas a ser tan famoso que te van a sacar
fotos cuando pases por los aeropuertos”. Vos, ¿cómo vivís la fama?
—La vivo bastante bien, porque en mi caso es consecuencia de un trabajo
y de mi dedicación. El que sufre por eso es porque está sufriendo por
otra cosa. No sé, Maradona realmente no puede salir a la calle, en
ningún lugar del mundo. Que te saquen una foto cuando salís de comer no
es un asedio. Pero ahora te saca más fotos la gente que los fotógrafos:
¡estás toda crota yendo al supermercado y te quieren sacar una foto!
—¿Te da miedo perder ese día a día, el poder ir al supermercado?
—Lo único que pasa es que la gente te mira. Y hay algo extraño: te
acostumbrás. Cuando me voy a otro país, ahí sentís que no te miran,
realmente. Es lo máximo que la gente te mire, la verdad. No tiene ni
comparación lo que ganás contra lo que perdés.
—¿Qué hacés cuando en un país tan machista se usa el mote “la mujer de Suar”?
—Y... me la fumo. En un punto es el machismo y en otro, porque Adrián es
un personaje muy importante dentro del medio. Supongo que si él fuera
una mujer y tuviera ese rol, sería “el hombre de…”. Sé entender eso.
—¿Pensaste mucho en eso antes de salir con él?
—¡Sí! Porque el ego es muy grande. Pero nunca me pegó mal porque estoy
enamorada de él. Supongo que debe ser más raro para “la hija de…”. Me
pesa más el amor que le tengo que el ego que tengo, al que le molesta
que me digan “la mujer de…”.
—¿Qué te gustaría que fuera Margarita?
Ni idea. Imagino que va a tener una inclinación artística. Soy actriz y
mis padres son docentes. Somos seis hermanos y cada uno hace una cosa
distinta.
—¿Cinco hermanos para Margarita, entonces?
—Ahí, sabes que me siento re mezquina, porque tener hermanos es lo más,
tengo un tatuaje que dice “hermanos”. Le agradezco al hijo de Adrián, a
Tomás, su existencia porque ya tiene un hermano de entrada.
—¿Qué no harías laboralmente? ¿Un “Bailando”?
—Creo que no conduciría nunca un programa. No me gusta. No me sale.
Entiendo que es medio un personaje, pero siento que yo sería malísima.
ShowMatch me ofrecieron mil veces. “Bailando” siempre me atrae por esa
intensidad con la que entrenan y bailan y bailan, ya que trabajar de
bailar es lo que hice toda la vida. Pero después, tengo que hacer de mí,
que es algo con lo que no estoy tan cómoda.
—Podés hacer un personaje.
—Hay un jurado, es un concurso. No sé si me atrevería a concursar
públicamente. No disfruto eso. Pero es atractivo estar bailando,
bailando, y un ritmo y después otro. Hay algo de juego en eso. Por ahí
ahora te digo que no, pero en otro momento, estoy. Nunca se sabe cuándo
se va a pasar hambre.
"Me gustan mucho los desnudos"
Ya salió la pancita en el video musical de La Franela. Pero
considerando que fue parte –que no tapa– de Playboy, ¿haría Siciliani la
gran Demi Moore? “No estoy tan bien físicamente como para andar
desnuda. Me gustan mucho los desnudos. En Hermosura, la obra de teatro
que hacía con El Descueve, estaba desnuda. Me parece una pavada toda la
histeria que hay con el desnudo acá. En Playboy no se me veía nada; de
espalda, el c…, no más. O sea, la nada.”
¿Por qué cree entonces que está ese tema con el desnudo en nuestra
sociedad si hay mujeres desnudas constantemente en la TV?: “Las
bailarinas no tienen ese tema del desnudo. Obvio, era lo más salir en
Playboy, pero para que veas cómo son las cosas, en ese momento estaba
haciendo Hermosura y hacía un número mucho más jugado y zarpado. Como
bailarina, tu cuerpo es tu instrumento. Yo a los 13 años bailé en la
obra de fin de año de la Escuela Nacional de Danza, bailábamos todas con
una falda y en topless. Teníamos 14 años y no nos parecía para nada
raro. El cuerpo se utiliza de diferentes maneras. Moralmente, no
entiendo el tema de los desnudos.”
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