Por Silvina Ajmat
Faltan poquísimas semanas para el parto. O muchas, según el nivel de ansiedad de cada madre. En el caso de Griselda Siciliani,
la palabra que define su estado es "tranquilidad". Tiene la voz tomada
por un "resfrío estacional", pero no puede medicarse por "Margarita". No
le importa. No va a dejar que nada detenga las oleadas de felicidad que
vienen por todos los frentes: sentimental, familiar y profesional.
Tras un 2011 coronado por el éxito de Los Unicos
, serie que protagonizó y que acaba de recibir cinco nominaciones a los
Martín Fierro, incluida su propia candidatura a mejor actriz de
telecomedia, este año decidió dedicarse por completo a su primera hija,
Margarita, que nacerá en mayo fruto de su relación con el multifacético
productor Adrián Suar. Sin embargo, los medios la buscan por estas horas por otro proyecto profesional que la llena de orgullo, la película El último Elvis ,
que se estrena mañana en la cartelera local, aunque ya se vio y se
aplaudió en dos festivales: fue seleccionada para el Sundance Film
Festival de Estados Unidos, y se presentó con gran repercusión en el
Bafici.
"La primera vez que la vi completa fue en el Sundance. Fue muy
emocionante, rarísimo verla con un público extranjero", dice, en diálogo
con hola.com.ar . Asegura que nunca se imaginó hacer una
película y que llegue a verse en festivales internacionales o, al menos,
no se lo vio venir: "No intuía todo esto. Más sin pertenecer al mundo
del cine. Hay gente que se dedica hace mucho y tiene más olfato para
saber si la película va o no al exterior. Mi intuición fue más por el
lado del personaje porque sentía que me servía a mí porque es opuesto a
todo lo que hice en mi carrera como actriz, a nivel estético, a nivel
lenguaje expresivo. Tuve que trabajar otra cosa y eso era interesante
para mí".
En la película, su ex marido se cree Elvis Presley. Es
un imitador del "Rey" que vive en la fantasía de encarnarlo, aunque su
vida real dista mucho de toda la parafernalia del espectáculo. "Mi
personaje es el que lo ve casi como lo ve el público. La película lo
muestra más como un ganador. Mi personaje lo ve real. Ella está harta.
Tienen una hija pero es muy difícil compartir la crianza con él",
explica Griselda. Abunda en detalles porque la apasiona la historia,
pero sobre todo, le apasiona verse convertida en ese personaje. Tuvo que
teñirse el pelo, "afearse". "Todavía me resulta difícil reconocerme en
la pantalla", declara.
Cuando Griselda vio la prueba de cámara que hizo el protagonista
cantando como Elvis, se conmovió tanto que quiso ver más, y probar ella
también. "Tuve una sensación física de que eso podía ser muy bello. Me
gustó cómo trabajaba Armando con las cámaras. Leí el guión, es simple y
bello. Armando me propuso este cambio estético tan grande para la
película. No tenía idea del resultado. Sentía que iba a ser enriquecedor
para mí como actriz".
La maternidad al lado de Adrián Suar
Cuando llegaba al tercer mes de embarazo, Griselda tuvo
un susto importante: tuvo pérdidas y le recomendaron hacer reposo
absoluto. "No la pasé bien. Me desbarajustó toda la vida ese mes. Tuve
que irme de Los Unicos y entender que 'pérdidas' era igual a 'cama'. Sin
embargo, aprendí a relajarme. Le hice caso al médico y cuando pasó el
tercer mes de embarazo ya todo fue más tranquilo", recuerda ahora. Dice
que es muy "colgada" con los preparativos para el parto y que hasta hace
unas semanas no tenía nada previsto. "Los mismos nueve meses te van
llevando a comprar las cosas que necesitás y a organizarte. ¡No tenía ni
siquiera pensado quién sería el pediatra!", cuenta entre risas. "Por
suerte, Adrián es mucho más prolijo con esas cosas que yo", agrega con
orgullo.
Conciente de que ser la pareja de uno de los grandes
productores de la televisión argentina le significa una exposición
mediática extra, asegura que logró mantener un equilibrio entre su vida
privada y su vida pública:
"No me expongo mucho. Jamás hago una nota con él ni una
tapa de revista. No trabajo de mujer de Adrián. Pienso que la
exposición la genera uno. Si se está hablando mucho de vos, de con quién
salís y con quién no es porque uno lo hace visible. Yo empecé a salir
con Adrián hace casi cinco años y se habló de mí porque era noticia que
sea su novia. Se habló en ese momento y yo no hice nada. Me ofrecieron
notas y no acepté. No quería ensuciarme con algo más amarillo. Si uno no
genera la histeria no hay, y a mí me tratan con mucho respeto"..
(Revista Hola)