Griselda Siciliani cuenta cómo será el traslado al escenario del programa más visto de la TV.
Sí, es ella. Los comensales de un restaurante de Palermo Viejo se sorprenden cuando Griselda Siciliani ingresa en ese salón con perfume a raba y a tabaco. Llama la atención por su peinado recogido de fiesta, su maquillaje impecable y su altura. Las nucas se dan vuelta y quienes la tienen frente se codean entre sí, y eso que nadie sospecha que debajo de ese tapado de lana blanco está vestida de mucama sexy; un disfraz de la escena que acaba de grabar. Prefiere una charla en el motorhome que comparte con Eugenia Tobal, aunque eso signifique sacrificar su almuerzo. "Después me arreglo con un yogur", dice.
Son días eternos para Siciliani, que está despierta desde las 5.30 de la mañana. A las 18, cuando termina la jornada de grabación de Los únicos , parte hacia el teatro, donde ensaya la versión teatral de la exitosa tira de Pol-ka, que hoy estrena en el Opera.
"Es increíble, pero siempre vuelvo. Jamás pensé que Los únicos iba a terminar siendo teatro. Esta obra es una especie de capítulo inédito de la serie. Llevarla al teatro significa que le está yendo bárbaro. No hay mejor premio que éste. Vivo una especie de sueño. Los únicos es una tira bien popular, de humor, con un personaje muy querible. Vivimos disfrazados, con armas, corriendo; es como un juego de niños", dice la actriz.
Una alumna compulsiva
Griselda, la segunda de seis hermanos de un matrimonio de docentes, nació y se crió en Villa Luro. Sus papás ("un poco hippies") no la dejaban ver TV, pero, aun así, ella quería ser una de las bailarinas de Pablito Ruiz. Con apenas 10 años, se presentó al casting, pero no tuvo suerte. "Mi educación estuvo estimulada hacia la libertad y hacia lo creativo", analiza esta bailarina egresada de la Escuela Nacional de Danza, que durante los fines de semana cursaba en lo de Hugo Midón. Luego ingresó en el Conservatorio de Música y en el de Actuación: "Sí, en los dos. Soy un poco obsesiva. Por un lado, estudié canto lírico, compuse, hice de todo. Después dejé porque me di cuenta de que me llevaba mucho tiempo y de que no me iba a dedicar a eso. Me había obsesionado. He sido una alumna compulsiva. Por otro lado, estudié años como actriz, sin pensar que iba a serlo. Mi gran amor siempre fue la danza".
Siciliani trabajó como bailarina de infantiles hasta que tuvo el gran salto, la victoria de una apuesta compartida con su amiga Virgina Kaufmann, Tan modositas ("complejo musicalmente, pero un espectáculo netamente de humor"), dupla que luego se repetiría en Quiero llenarme de ti , un homenaje a Sandro, por el que recibieron el ACE al mejor espectáculo musical. De Tan modositas , en el off , saltó directo a Revista nacional , en la avenida Corrientes, con Florencia Peña, Miguel Angel Rodríguez y Romina Gaetani, entre otros. "Hice el casting con Araiz y Wainrot, y quedamos veinte. El director, Manuel González Gil, preguntó: «¿Quién de ustedes es la ?modosita'?». Levanté la mano con pudor. El había visto la obra y le gustó tanto que me ofreció hacer un personaje chiquito. Lo trabajé con Nicolás Scarpino, que es un tipo muy generoso y talentoso. A la obra no le fue tan bien, pero Nico y yo saltamos a la tele juntos, a Sin código , donde yo hacía el mismo personaje que había hecho en el teatro."
Desde entonces, se quedó en la TV. Siguió Sos mi vida hasta el protagónico en Patito feo . "En Sos mi vida, conocí a muchos de mis amigos, como Carla Peterson, mi mejor amiga [con quien luego realizó Corazón idiota ]; a Fabiana García Lago, a Cedrón, a tantos. Y con Patito... fue un shock que me llamaran de Ideas del Sur para regresar al musical y al infantil. Viajamos por todo el mundo. Me conocen en Europa", dice.
Sin embargo, desistió de participar de la gira de despedida. En Buenos Aires la esperaban el teatro y Daniel Veronese. "Irme de gira era económicamente increíble, pero el personaje de La forma de las cosas va a pasar a la historia del teatro contemporáneo. Trabajar con Veronese fue tocar el cielo."
En 2010, Siciliani fue una de las hermanas San Juan en Para vestir santos , el programa ganador del Martín Fierro de oro, y ya son cinco las ficciones exitosas que lleva recorridas en la TV. "Todavía sigo pensando que todo esto es un sueño", confiesa.
Solidaria, pero no política
Siciliani combinó las grabaciones de Los únicos con dos ensayos: el del teatro y el de su presentación en la gala a beneficio de Unicef, donde esta semana cantó junto con Carlos Casella. "Me convocaron y acepté feliz. Si puedo colaborar, siempre lo voy a hacer. Está a mi alcance. Hay cosas que no podría hacer. No me voy a poner una fundación, pero si con cantar o bailar aporto mi granito, lo hago."
-¿Te preocupa la situación de la Argentina? ¿Leés el diario?
-A veces me siento desinformada por estar tan metida en mi trabajo. Escucho que algunos artistas hablan de política y de la situación social; supongo que porque están más informados. Hay épocas en las que me siento más atenta; otras, desorientada. La información viene de lo que uno habla y debate en privado. Hablo mucho con mis hermanos, mis amigos, mis padres y mi novio.
- ¿Qué pensás de los artistas que ingresan en la política o que se vinculan a ella?
-Me parece genial cuando es genuino. Aplaudo a quienes lo hacen. Me parece admirable que cada uno sienta su propia pasión. Me interesa hablar con gente que sabe. Mi hermana, la que me sigue, Paulina, es socióloga y aprendo mucho con ella. Así como estoy todo el día actuando, hay gente que está todo el día reflexionando sobre la sociedad y la política.
-¿Tenés alguna postura política o partidaria definida?
-No tengo un pensamiento tan definido. Prefiero reflexionar y no adoptar una dicotomía: "Ellos vs. nosotros". El día que sienta que una bandera me corresponde, por supuesto que la voy a levantar. Creo que quienes estamos expuestos también tenemos que cuidarnos de no meternos donde podamos confundir. A mí me da vergüenza hablar de lo que no sé, como me da vergüenza hablar de medicina. No quiero hablar de política, pero puedo hablar de danza contemporánea..
PARA AGENDAR
Los únicos. Desde hoy, los viernes, a las 20; sábados, a las 19 y a las 21.30; domingos, a las 18. En el teatro Opera Citi, Corrientes 860. Desde 70 pesos.
Los únicos. Desde hoy, los viernes, a las 20; sábados, a las 19 y a las 21.30; domingos, a las 18. En el teatro Opera Citi, Corrientes 860. Desde 70 pesos.
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