"Es una escena muy fuerte, un momento muy difícil para Diego y María. A Monterrey hay que hacerle un trasplante de médula y solamente un familiar puede ser el donante."
Es por ello que la única manera de salvarlo es que un familiar directo realice el trasplante. María empieza a intuir algo, hasta que Diego le confiesa que Alfredo Monterrey es su padre.