La locación elegida es un terreno baldío cerca de la Universidad de
Lomas de Zamora, en el conurbano bonaerense. Son las 10 de la mañana.
Cinco abogados vestidos de traje caminan con elegancia hacía la cámara.
Frenan, posan, se ríen. Están grabando la apertura promocional para Farsantes,
la tira de Pol-ka que se estrenará en junio por El Trece. Es la primera
vez que graban todos juntos: Julio Chávez, Facundo Arana, Griselda
Siciliani, Alfredo Casero y Benjamín Vicuña. Un elenco disímil, aunque,
quizá por eso, posiblemente explosivo.
El único con anteojos de
sol es Benjamín Vicuña, el resto entrecierra los ojos por la luz.
Griselda Siciliani -con el pelo rojizo- camina con sensualidad, mientras
Facundo Arana, por el contrario, intenta hacerlo con más naturalidad.
Julio Chávez está en su salsa. Actuar de abogado turbio le sienta muy
bien. Como él mismo define: “no todos los abogados son farsantes, pero
los actores somos los peores farsantes de todos”, le confiesa a Clarín,
mientras espera las indicaciones de Daniel Barone, el director de
exteriores. Más adelante, cuando graben en estudio, los dirigirá Jorge
Bechara.
Posicionado unos pasos más adelante, Chávez parece el
padre de todos. “Julio es un guía -cuenta Arana-. Es el que suele
interpretar el guión, y con dos o tres palabras darte su opinión, su
visión de la escena. Hasta ahora, todavía no lo he visto equivocarse”.
“¿Hay un trago para tomar?”, bromea Alfredo Casero. “¿O un agua, al
menos?”, dice apoyando sus dedos sobre un pequeño bigote que simula una
seriedad que no parece poseer. Se despereza, levanta los brazos al
cielo, y mirando para arriba grita: “Ahhh!!”. Luego, al instante, vuelve
a ponerse en personaje.
Se prende la máquina de hacer viento, y
hay que repetir la toma otra vez. Caminan serios, se paran, ríen, y le
vuelven a arreglar el pelo a Siciliani. “¡Es un primer plano, Marcos,
ponete las pilas!”, se ríe la actriz con estilista que la emprolija,
mientras Barone la abraza cariñosamente.
“Trabajar entre todos
hombres está buenísimo -dice Siciliani-, como actriz, y para el
personaje, es genial. Ser la única mujer a veces resulta desafiante,
porque hay que marcar mayor presencia. Pasa en la vida, y pasa en el
elenco”, explica Griselda.
“Dos tomas más y estamos”, ordena Barone, y se dirige al motorhome
para ver cómo van saliendo las escenas. A la espera, Arana y Casero
hablan relajados. El entusiasmo del principio del rodaje los une. “Por
lo bien que nos llevamos, pareciera que estamos al final de la tira”,
confirma Arana, “y recién es sólo el principio”.
El ex Padre Coraje
sostiene una cámara de filmación y graba parte del backstage. Sus
compañeros se le acercan y le hacen caras a la cámara. Ese material será
subido a la web de eltrecetv.com. “El equipo, los libros,
todo está tan bien hecho que uno, como actor, no puede estar más
contento con laburar acá”, reconoce Arana.
Quienes también se
muestran muy conformes con el gran desafío que les espera son Chávez y
Vicuña, quienes protagonizarán -por primera vez en personajes centrales
de una tira argentina- una relación homosexual. Ambos empezarán teniendo
sus respectivas relaciones con mujeres pero, poco a poco, irán
descubriendo una fuerte atracción uno por el otro. “Me gustaría encarar
el personaje con respeto y cariño”, explica Vicuña. “Me parece muy
interesante para la televisión actual que sea contado con verdad. Como
una historia de amor como cualquier otra porque es como cualquier otra”, destaca el actor.
Chávez, por su lado, pasará de haber interpretado a un macho de barrio en El puntero
a encarnar a un abogado prestigioso en pleno auto-descubrimiento.
“Tanto como para tomar un café con leche como para hacer un homosexual,
siempre es un desafío ponerse frente a la cámara”, reflexiona el actor,
merecedor de un respeto notable por parte de sus colegas y ganador de
incontables premios. “Queremos comunicar una relación entre dos personas
que se enamoran, sin intentar descifrar qué significa una relación
homosexual -explica Chávez-. “A esta altura de mi oficio, me parece
sumamente atractivo tomar un nuevo riesgo y una nueva posibilidad de
desarrollar otro punto de vista”.
Farsantes mostrará un
lado desconocido de Julio Chávez, un costado que el público masivo jamás
vio. Algo que a él mismo lo inquieta y lo entusiasma y, quizá, hace de
este papel uno más significativo. “Va a haber gente que se va a mantener
cerrada frente a eso, sin dudas”, dice Chávez. “Ojalá se arme
crispación. Está muy bueno eso. La actuación, gracias a Dios, es un
espacio que te permite hacerte preguntas y pensar”, concluye.
Al igual que en El puntero el partido de Tigre fue un gran protagonista de la historia; en Farsantes,
las locaciones -que varían entre San Martín y Lomas de Zamora- serán un
condimento fundamental para definir la trama. “Si los metía de traje en
la zona cosmopolita, no lograba el mismo efecto que en el conurbano”,
cuenta Barone. “Soy fanático de que los programas salgan a la calle,
porque estás logrando una verdad y después, desde ahí, podés romperla”,
explica el director.
“Las locaciones son una locura. Es algo que
siempre se destacó de Pol-ka. Eligen lugares que le dan a la serie una
mirada distintiva”, destaca Arana mientras observa, a pocas cuadras, al
corazón de Lomas de Zamora. Luego de grabar la apertura, Vicuña, Chávez y
Arana se dirigirán a la penitenciaria de Lomas de Zamora, a unas pocas
cuadras del baldío. Allí filmarán algunas escenas de los primeros
capítulos. Cada personaje crecerá para diferentes lugares que el otro,
pero al verlos a todos juntos se explica por qué forman un grupo de
cinco protagonistas. “Son distintas notas de una misma partitura”,
define el director.
“Si todos los actores fuéramos iguales sería
un plomo -opina Casero-. “Lo bueno que tiene esta tira es que todos
tenemos diferentes biologías. Y, al mismo tiempo, compartimos una gran
comunión con el director”. “La combinación de actores me intriga muy
positivamente”, aporta, por su parte, Barone, “Ya veo la química y
espero que sepamos potenciarla”, agrega.
Finalmente, llega la
última toma. Se paran frente a la cámara y se miran entre ellos. Chávez
suelta una carcajada, seguida por la risa de todos. Algo parece cerrar.
“Listo, perfecto. ¡Estamos hechos!”, grita Barone. El equipo se relaja y
Siciliani hace un bailecito de festejo. La relación es natural, aunque
-como dice Arana- recién es la primer semana de grabación. “Quizá es muy
pronto para decirlo, pero yo me voy muy contento de las grabaciones
-concluye Barone-. Los miro y lo noto: algo definitivamente funciona muy
bien.”